Lo imposible, logrado

He vuelto, después de éste largo y árduo viaje por el espacio interior...
Puedo pensar que aún sigo soñando, pero de cierta forma sé que mis ojos no volverán a cerrarse, hasta el día final. Siento como mi cuerpo comienza a tomar forma nuevamente, como mis sentidos retoman su orígen, y mi escencia ahora tranquila deja de moverse por el vacío. Al parecer, he logrado tener paz conmigo mismo, y así derrotado a mi otro yo; ese ser que sólo quiere destruir...
Me siento preparado para revivir, por más de la agonía que ésto me traiga. Ésta vez, no voy a caer, ni a cometer mis errores del pasado... ésta vez...
Los reflejos en mis pensamientos de anécdotas pasadas, de mi muerte, me dejan ver como a través de un transparente cristal. Pero ésta vez hay algo diferente; puedo sentirlo por alguna extraña razón... no puedo comprenderlo, ya que nunca he tenido esa capacidad. Y creo que podría llamar a "eso" de muchas formas, aunque no tenga importancia; pero "eso" es lo que me devolvió la vida. Y junto con ella, la esperanza de que las cosas aparentemente inlogrables, pueden ser posibles.

La estrella número 22

Este mísmo día, 22 años atrás, comencé mi vida. Me parece como que fuese menos tiempo, pero no nos damos cuenta a veces de cuan rápido puede ser el todo...
El día de hoy puedo decir, que a pesar de altos y bajos en toda mi vida, eh tenido una buena estadía en la tierra, intentando cambiar algunas cosas, disfrutando de otras, y manteniendomé alejado de algunas. Algo muy importante para mí, es que hoy puedo decir que tengo amigos, compañeros, familiares; que en realidad valen la pena. Puedo ver el mundo mucho más claramente que años atrás, trato de imaginar un futuro ahora más claro, vivir mejor aún todavía.
Lo que mejor me hace sentir, es que todavía no me siento viejo... creo que eso es bueno. Algo que puedo agradecer es que he aprendido muchísimas cosas en este año, conociendo gente excelente y otra gente no tanto, pero que en fin, aportaron a mi persona.
Conclusión de todo esto... es un año más, esperaré el próximo.

Adicción rehabilitada

Fuerza... nah, ni en lo más mínimo.
Reacción... sólo lo necesario.
Control... podría haber sido más.
Lástima... más de lo que quería.
Compasión... mucha para mi gusto.
Satisfacción... casi toda la que podía tener.

Todavía no llego bien a entender porqué... tal vez soy una persona aparte; no creo que sea otra maldita enfermedad mental, tampoco pienso que por ésto soy tan diferente de los demás. Sé que hay muchos como yo; no sé si sentirán las mismas ansias que yo ante cualquier situación violenta, pero sé que les gusta.
Cuando ocurren éste tipo de cosas, no sólo me aseguro un poco más de que es algo que me llena, sino que por desgracia también me doy cuenta de lo incompetentes que pueden ser los rivales y demás.
Cómo me gustaría sólo por un día, que las leyes de este pueblo fantasma de mala muerte no existieran... sólo ahí podría demostrar a algunos rivales de lo que soy capaz si no hubiese estúpidas consecuencias inservibles.
Lo único que me atemoriza de ésto, es que alguna vez llegue a volverme adicto a ésta sensación o que por algún motivo, pida algo más que una situación violenta, más que simples golpes cortantes, más que sangre...
Por lo pronto, me gusta combatir con lo que prefiero llamar bestia interna. Por suerte puedo callar muchas veces a ésta con éxtasis de alcohol y con algunas otras cosas; pero cada vez son mayores mis ganas de escuchar esas necesidades, de no callar más esa voz, que muy en el fondo sé que lo que propone es lo mejor... mientras tanto, trato de seguir siendo uno más del resto.

Utopía saciante

Ahogado con llamas voy entrando en un estado de furia incontrolable, queriendo ocultar mis lágrimas rojas de la mirada de mis enemigos; y al mismo tiempo, intentando intimidarlos con una mirada punzante de desafío y odio. Es ahí cuando todo comienza y se desata la carnicería; y en ese momento veo que al aplastar a uno de ellos, el resto comienza a darle una pequeña pero venenosa probada al miedo. Sus rostros despavoridos, mirandomé con una expresión de súplica por piedad... Pero sin embargo, yo sé que en la guerra no hay lugar para dichas cosas. El enemigo perdonado, es más tarde tu ejecutor; por ésto no dejo lugar para el perdón dentro de mi corazón ardiente.
Después de un tiempo de sobrevivir y combatir, llego a sentirle el gusto a destruir mis contrincantes como si fuesen nada más que reces que desmembrar con las únicas armas que tengo: mis garras, mis colmillos y mi instinto.
Comienzan a quedar pocos de ellos, y sólo los más fuertes (la parte que más disfruto, el gran desafío). En ese momento es en el único que tengo que emplear la estrategia, pero, como siempre, termino eliminandolos de a uno por uno; pero ésta vez de la forma más sangrienta y violenta que me permitan mis fuerzas y la situación, para así hacer un decorado intimidante con las entrañas de mi enemigo.
Termino de cazar en esta masacre, y lo único que veo a mi alrededor es fuego y cenizas más allá de los restos del combate monstruoso. Pero de algo puedo estar seguro; lo único vivo en kilómetros a la redonda soy yo... Ahora sí, estoy listo para despertarme a otro monótono día.

Cenizas del tiempo

Estamos ligados a eso que a veces odiamos tanto y muchas veces lo necesitamos para poder llegar a cumplir los objetivos propuestos.
Generalmente tratando de aprovecharlo a su mayor medida, pero otras veces desperdiciándolo; obviamente no nos damos cuenta hasta que no está en nuestra posesión.
Muchas veces lo lloramos y nos angustiamos por él; pero otras, agradecemos que fue así y no de otra forma...
Nunca lo vemos, tampoco lo escuchamos, pero siempre está con nosotros; y también está con todos los demás, con los muebles, con los animales, con el aire, con el cielo; y con el todo en sí.
A veces... es relativo, pero lo más importante de todos, que es él el que nos dirige a la muerte, a la vida, y a todos los sucesos importantes que vivimos. Y no morirá ni aunque se extinga la humanidad, aunque explote el sol llevándose consigo este sistema... Él, es el tiempo.

Vacío interior lleno de exterior

Siento que voy cayendo en un espiral oscuro de sensaciones frías, de las cuales se desprenden cada vez más esas debilidades necesarias del humano, llamadas sentimientos. Ya sea odio irracional, o amor indescriptible.
Veo como pasan a mi alrededor vestigios de alegrías y tristezas, y, lo más aterrador, parece no importarme. No sé si será por el hecho de que ya he perdido ésa forma de saber si en realidad sigo vivo o no (lo dudo).
Lo único que hace ésta caída por el vacío es alimentar la bestia interior, saciando su sed de incontrolable razonamiento puro, y nada más. Pero cada vez que más se alejan éstas llamadas emociones, me siento más cómodo, y hasta llega a agradarme...
Peligra mi conciencia, junto con ésto vienen las ganas de destruir todo lo manipulador de la sociedad, de matar a Dios... ese dios creado por el imperfecto humano; por y para su condenación. También quiero asesinar a todo aquel que quiera regir sobre el otro sin ninguna clase de sentido, descuartizar a las personas que venden muerte con otro nombre, y se enriquecen con ésto.
Es justo en ésos momentos, cuando mi razonamiento devora los sentidos y las emociones y cuando mi vacío... se ocupa.